Viejito bello, hace días, semanas, meses quizás, anda rondando en mi cabeza la idea de hacer una compilación de todos los inventos hechos por ti, contigo y para ti durante el tiempo que la demencia y el Alzheimer fueron ese huésped no invitado que revolucionó todo a nuestro alrededor. 

Mi cabeza ha está en modo "Torbellino de ideas" con ello, buscando responder el cómo abordarlo y evidentemente, ese cómo será, será como lo fuimos durante ese andar complejo, lleno de aprendizaje, risas, lágrimas, trasnochos, anécdotas, medicinas, videos, canal Youtube, postcast,  terapias de familia, prácticas, voluntariado, cuenta cuentos y duelo; obviamente, con mi marca personal, con nuestra marca personal. Así que posiblemente no sea parecido a lo que se hace en estos casos, pero qué más da... Somos unos artistas hechos con pinceles de edición limitada. 

Vives en cada recuerdo, porque tu legado está con nosotros. Ahora es tiempo de compartirlo en otro formato. 

Quién conmigo?

Invito a todos aquellos que de una u otra manera ayudamos a entender, enfrentar, aprender, liberar, aceptar o no la enfermedad de un familiar. Como también, auquellos que la desconocían y lograron identificar hasta personajes de los Simpsons con la enfermedad, a que compartan sus pareceres. 

Gracias Miles, Magüicha 

Los pobladores de Ponferrada y sus alrededores podrán disfrutar muestras artisticas de dos señores con Demencia o Alzheimer. Uno de la residencia y otro (mi padre) usuario del Centro de Día, Programa mi casa. 

Así lo he presentado para quien vaya a verla al igual  que para aquellos seguidos a distancia. 

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Luis Arias López

Mi padre nació el 4 de octubre de 1928 en Alcázar de San Juan (Ciudad Real-Castilla La Mancha). Cuarto hijo y segundo varón de una familia de 5 hermanos, que habían sido 6 por muy poco tiempo. Recuerdo que sus hermanas, mis tías Tere y Angelines, contaban que ya con 4 años, casi incluso antes de escribir, ya dibujaba y firmaba sus obras con un barquito chiquito en la esquina. Su madre, mi abuela Trini, le había asignado una pared de la cocina para él y su necesidad de expresar todo a través del dibujo. Siempre sobre aviones de combate y buques de guerra, sus preferencias. Su niñez y juventud coincidió con la Guerra Civil española y las noticias de la 2da Guerra Mundial. 

Estudió Dibujo Técnico y siguió siendo un aprendiz a lo largo de su vida, en lo presencial como a distancia o por correspondencia. 

En Venezuela (1960-1995)

A mi padre lo recuerdo siempre detrás de una mesa de dibujo, un caballete o en mis hojas del colegio (él me ayudaba con los dibujos yo luego los coloreaba y rotulaba las portadas de mis cuadernos). El olor a óleo y aguarrás, era su olor, mi olor favorito. Hacía levantamientos de terreno, perspectivas, diseños, planos arquitectónicos y de paisajismo, como de material educativo hecho todo a mano alzada y con Leroy, tanto para la Escuela Suboficial de la Armada de Venezuela como para la Oficina arquitecto-paisajistas Dr. Robles Piquer y luego con el Arq. Pedro Vallone. Rotulaba con una envidiable letra gótica, de hecho  los Diplomas de Graduación de varios colegios de Caracas entre los 60s y 70s tenían su arte. Los meses de junio y julio, desde que aprendí a leer, fui su ayudante asignada a la hora de revisar los nombres de cada uno de los graduandos.Al Óleo

A la pintura al óleo, le dedicó su tiempo libre, caracterizadas por épocas: Bailarinas, Toros, Desnudos, Bodegones, Flores, Paisajes. Las paredes de nuestros familiares y amigos tienen algún cuadro de esas épocas. Los nuestros quedaron todos en Caracas cuando decidimos huir del país hermoso, multicolor, multicultural, multiétnico, el de la primavera permanente, cuando dejó de ser el paraíso que conocimos, vivimos y que llevaremos por siempre en nuestros corazones. 

Las paredes de la Escuela de Suboficiales de la Armada como de la Escuela Naval de Venezuela, fueron adornadas con sus cuadros de grandes dimensiones plagados de buques, submarinos, fragatas, destructores y cañoneros siendo sus protagonistas estrellas los matices azules del mar y el cielo caribeño.

Y más allá de el Alzheimer...

Los momentos en que no recuerda cómo o qué escribir, dibuja o pinta; porque para mi padre, dibujar es como respirar, lo hace natural, sin darse cuenta. Puede estar confundido. Negar lo que ha hecho toda su vida, pero las chicas del Centro de Día han sabido estimular el dibujo libre sea con lápices, colores o pinceles.

Gracias al Programa Mi Casa y al apoyo de la dirección de la Residencia Mixta Flores del Sil, compartimos parte de su andar artístico entre el ayer y el hoy.

“Menos mal que me jubilé antes que las computadoras me quitarán el trabajo porque ya estoy muy viejo para esos cacharros” Luis Arias López (1994-95). Existía Autocad, pero no le llegaba a los pies a la perfección meticulosa de mi padre en aquellos tiempos.                  

@maguicha